IMI TEMPLO NUEVA VIDA
Versión Nueva Traducción Viviente
1 La gente poco amistosa solo se preocupa de sí misma;
se opone al sentido común.
2 A los necios no les interesa tener entendimiento;
solo quieren expresar sus propias opiniones.
3 Hacer el mal resulta en la vergüenza,
y la conducta escandalosa trae desprecio.
4 Las palabras sabias son como aguas profundas;
la sabiduría fluye del sabio como un arroyo burbujeante.
5 No es correcto absolver al culpable
o negarle la justicia al inocente.
6 Con sus palabras, los necios se meten continuamente en pleitos;
van en busca de una paliza.
7 La boca de los necios es su ruina;
quedan atrapados por sus labios.
8 Los rumores son deliciosos bocaditos
que penetran en lo profundo del corazón.
9 El perezoso es tan malo
como el que destruye cosas.
10 El nombre del Señor es una fortaleza firme;
los justos corren a él y quedan a salvo.
11 Los ricos piensan que su riqueza es una gran defensa;
imaginan que es una muralla alta y segura.
12 La arrogancia va delante de la destrucción;
la humildad precede al honor.
13 Precipitarse a responder antes de escuchar los hechos
es a la vez necio y vergonzoso.
14 El espíritu humano puede soportar un cuerpo enfermo,
¿pero quién podrá sobrellevar un espíritu destrozado?
15 Las personas inteligentes están siempre dispuestas a aprender;
tienen los oídos abiertos al conocimiento.
16 Ofrecer un regalo puede abrir puertas;
¡es una vía de acceso a la gente importante!
17 El primero que habla en la corte parece tener la razón,
hasta que comienza el interrogatorio.
18 Tirar una moneda[a] puede acabar con la disputa;
resuelve los desacuerdos entre grandes oponentes.
19 Un amigo ofendido es más difícil de recuperar que una ciudad fortificada.
Las disputas separan a los amigos como un portón cerrado con rejas.
20 Las palabras sabias satisfacen igual que una buena comida;
las palabras acertadas traen satisfacción.
21 La lengua puede traer vida o muerte;
los que hablan mucho cosecharán las consecuencias.
22 El hombre que halla esposa encuentra un tesoro,
y recibe el favor del Señor.
23 El pobre ruega misericordia;
el rico responde con insultos.
24 Hay quienes parecen amigos, pero se destruyen unos a otros;
el amigo verdadero se mantiene más leal que un hermano.
Versión Nueva Traducción Viviente
1 Alabaré al Señor en todo tiempo;
a cada momento pronunciaré sus alabanzas.
2 Solo en el Señor me jactaré;
que todos los indefensos cobren ánimo.
3 Vengan, hablemos de las grandezas del Señor;
exaltemos juntos su nombre.
4 Oré al Señor, y él me respondió;
me libró de todos mis temores.
5 Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría;
ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.
6 En mi desesperación oré, y el Señor me escuchó;
me salvó de todas mis dificultades.
7 Pues el ángel del Señor es un guardián;
rodea y defiende a todos los que le temen.
8 Prueben y vean que el Señor es bueno;
¡qué alegría para los que se refugian en él!
9 Teman al Señor, ustedes los de su pueblo santo,
pues los que le temen tendrán todo lo que necesitan.
10 Hasta los leones jóvenes y fuertes a veces pasan hambre,
pero a los que confían en el Señor no les faltará ningún bien.
11 Vengan, hijos míos, y escúchenme,
y les enseñaré a temer al Señor.
12 ¿Quieres vivir una vida
larga y próspera?
13 ¡Entonces refrena tu lengua de hablar el mal
y tus labios de decir mentiras!
14 Apártate del mal y haz el bien;
busca la paz y esfuérzate por mantenerla.
15 Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno;
sus oídos están abiertos a sus gritos de auxilio.
16 Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo;
borrará todo recuerdo de ellos de la faz de la tierra.
17 El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda;
los rescata de todas sus dificultades.
18 El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón;
él rescata a los de espíritu destrozado.
19 La persona íntegra enfrenta muchas dificultades,
pero el Señor llega al rescate en cada ocasión.
20 Pues el Señor protege los huesos de los justos;
¡ni uno solo es quebrado!
21 Sin duda, la calamidad destruirá a los perversos,
y los que odian a los justos serán castigados.
22 Pero el Señor redimirá a los que le sirven;
ninguno que se refugie en él será condenado.
Usamos cookies para analizar el tráfico del sitio web y optimizar tu experiencia en el sitio. Al aceptar nuestro uso de cookies, tus datos se agruparán con los datos de todos los demás usuarios.